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Carrera Sucia, un desafío que va más allá de correr

El running suele tener diferentes alternativas para disfrutar de la actividad, y así como algunos eligen una carrera de calle, otros optan por la montaña, y están los que aceptan el desafío de afrontar pruebas con obstáculos.

Las competencias por obstáculos, por lo general, simulan entrenamientos militares, ejercicios de crossfit y le agregan dificultades como pasar por lodazales, por lo que si el runner elige vestirse de blanco, estará cometiendo un claro error.

En Argentina, Carrera Sucia es una de las pruebas más elegidas, con circuitos con más de 20 obstáculos, con los runners debiendo pasar por cruces de sogas, piletones de barro o trepadoras, entre otros desafíos.

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Carrera Sucia: Cuando no se trata sólo de correr

En las carreras por obstáculos, más allá de la velocidad al correr, la destreza y energía de cada uno de los competidores es determinante. La coordinación en los movimientos, la fuerza al trepar por sogas o el moverse en medio de cruces de gomas marcan una diferencia.
En Carrera Sucia, que tendrá su próxima edición el 17 de septiembre en la localidad de Pilar, hay trepadas por paredes de diferentes alturas, cruces con sogas, pasos cuerpo a tierra, piletas de barro, trepamanos o inflables, entre otros obstáculos.

A diferencia de otras carreras, la ropa de recambio post evento y toalla se vuelven imprescindibles para darse una ducha y quitarse el barro.

Llevar el running de la calle a un evento lúdico

Federico Salvat, uno de los organizadores de la Carrera Sucia, contó sobre los orígenes de la idea: “Todo nació en 2012, cuando nos propusimos sacar al running de la calle y sumarle dificultades. Así, basándonos en entrenamientos militares, decidimos darle una vuelta de tuerca y transformar la prueba en un evento más lúdico e inclusivo”.

“Carrera Sucia es una prueba para toda la familia, en la que pueden participar desde los más chiquitos, que tienen su edición kids, hasta abuelos y abuelas de más de 70 años. Hay varios corredores de esa edad que pasaron por nuestras piletas de barro. Creamos un circuito que cada uno puede hacerlo a su ritmo y pasarla genial al mismo tiempo”, expresó.

Finalmente, Salvat concluyó: “Cada corredor tiene su motivación, pero por sobre todo, el venir a divertirse a la carrera es lo que más importa. Cuando vez que cruzan la meta, no importa si se ensuciaron o tropezaron con algún obstáculo, sino la felicidad con la que se llevan la medalla de finisher es lo que vale”.