Héctor Garibay, un ganador de la Maratón de Buenos Aires sin sponsors

(Por Federico Sánchez Parodi).- Con 31 años, Héctor Garibay vivió su momento de gloria al sorprender y ganar la Maratón de Buenos Aires, con una marca 2 horas, 11 minutos y 58 segundos.

Estableciendo el nuevo récord de la distancia de Bolivia, quedó a tan sólo 28 segundos de clasificar al Campeonato Mundial de Atletismo, que se hará en Oregón el año próximo, aunque ahora cuenta con grandes chances de estar mediante el ranking de la World Athletics.

Además, al regresar a su país fue recibido como un héroe nacional por la gran gesta atlética.

A pesar del gran presente, su teléfono celular no recibió hasta ahora ningún mensaje de alguna marca que lo quiera sponsorizar. De hecho, compitió en los 42k con unas zapatillas sin placa de carbono, lo que le permite ilusionarse con mejorar los tiempos aún más.

«Al llegar a Buenos Aires quise comprar una (Nike) Vaporfly, pero con los gastos por el viaje, no pude, no contaba con el dinero suficiente», reconoce con total humildad.

Lo cierto es que ahora se lo señalará como aquel que de pequeño recorría 7 kilómetros y subía cerros para llevarle la comida a su padre, en el Centro Minero Totoral, y hoy es el mejor atleta de la historia de Bolivia en la distancia de 42k.

Garibay corrió con las Nike Zoom.
Garibay corrió con las Nike Zoom Fly.

Del fútbol al atletismo

Hincha de San José de Oruro, de pequeño jugaba de lateral o «carrilero», gracias a que corría mucho y los entrenadores lo ponían para que tuviera «ida y vuelta».

A pesar de ello, al no ser titular en el equipo, comenzó a ir a la pista de atletismo a correr. Allí lo vieron varios entrenadores y le recomendaron que se volcara a las carreras.

Así, gracias a su talento, empezó a destacarse en torneos locales, para luego clasificar a Sudamericanos y Grand Prix.

A un paso de dejar el atletismo

Garibay había clasificado al Mundial de Media Maratón 2020, en Gdynia, Polonia. Realizado en octubre pasado, estaba en un buen nivel y tenía mucha fe de hacer un buen papel, pero a última hora le dijeron que por la pandemia no estaban los pasajes.

«Me tenía mucha fe en tener un buen rendimiento y a partir de ahí, que se me abrieran muchas puertas. Por eso me puse triste y pensé en dejar de correr», confiesa.

Ph: Nico Otermin.

Sin Tokio, no perdió la fe

Residente en Oruro, es entrenado por Marcelo Peñaranda y su esposa. En mayo, en el Campeonato Sudamericano, que se desarrolló en Paraguay, ganó la medalla de plata, pero quedó lejos del objetivo de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio.

En Asunción, tras rendir los primeros 10 kilómetros, entre la humedad y el desconcentrarse, se le empezó a «ir» el tiempo y cruzó la meta en poco más de 2 horas y 22 minutos.

En tiempos de calzado con placa de carbono, la realidad de las zapatillas que usa son diferentes. Consciente de esa realidad, se ilusiona con tener un par en algún momento y mejorar la performance en carrera.

Entrenamiento a la mañana, trabajo por la noche

Héctor le dedica muchas horas al entrenamiento, y más aún cuando debe preparar un maratón. Pero sin sponsors, también debe trabajar.

«Tengo un transporte y trabajo por la noche, que es el único momento para hacerlo, porque el correr distancias largas me lleva mucha preparación», expresa.

A la espera de que aparezca apoyo, Garibay manifiesta: «Ojalá ahora aparezca alguna beca, o que me puedan ayudar, para que me pueda enfocar solamente en el entrenamiento y pueda seguir mejorando».

De Oruro a Buenos Aires

Para llegar a Buenos Aires, tuvo cinco horas de colectivo hasta Cochabamba, más un viaje corto hasta Santa Cruz de las Sierras, para luego arribar a Aeroparque.

Logró inscribirse a último momento gracias a dialogar con el encargado de los atletas de elite, Jorge Basiricó, pero su presencia no estaba en los planes de nadie.

Y su objetivo era bajar las 2 horas y 17 minutos, aunque se sintió bien con el pasar de los kilómetros y motivado por la gente. «El aliento de las personas al costado del recorrido me hizo muy bien, fue muy emotivo», sostuvo.

«No conocía el recorrido, me habían marcado un par de subidas y bajadas, pero nada más», relata.

Ahora, mientras se ilusiona con tener apoyo de alguna entidad para potenciar su carrera deportiva, al menos tiene el orgullo de saberse el más rápido de Bolivia en la distancia de maratón.