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Récord: Matías, el andinista mendocino que subió el Aconcagua en 3 horas y 20 minutos

Terminó su trabajo de porteador y luego se enfocó en batir la marca establecida por un estadounidense en 2022, consiguiendo el récord. Lo hizo en 12 minutos menos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre del Coloso de América.

Creyó que lo podía lograr, se preparó todo el año y al principio le resultó fácil, pero a pocos metros de la cima la idea de establecer una nueva marca se iba desvaneciendo con cada paso. Sus amigos y conocidos lo alentaron, llegó y lo logró. Matías Sergo se convirtió en el héroe de los que trabajan por estos momentos en el Parque Provincial Aconcagua y es motivo de orgullo de los mendocinos, al quebrar un récord de velocidad de ascenso al cerro más alto de América.

El deportista local, profesor de educación física y porteador del cerro empleó 3 horas y 20 minutos desde el campamento de Plaza de Mulas hasta la cumbre de 6.962 metros. Se enfrentó a un desnivel de más de 2.600 metros.

El récord de Matías

Así lo anuncia la publicación especializada en montañismo, cumbresmountainmagazine.com, que expresa que la nueva marca fue establecida por el mendocino el lunes pasado y superó en 12 minutos el registro que obtuvo en 2022 el estadounidense Tyler Andrews. También señala que Matías chequeó el estado del tiempo y observó que las condiciones óptimas para subir los últimos 9 kilómetros se iban a presentar el lunes 19. Y así lo hizo y tras hacer cumbre bajó 7 kilómetros por el gran acarreo.

Luego de un merecido descanso en el principal campamento de altura, Matías bajó ayer hasta Confluencia, allí lo estaba esperando su esposa y colega, Norma Escudero. El emotivo reencuentro de la pareja fue compartido por amigos, arrieros, guías y deportistas de distintas partes del mundo que hoy se congregan en el Parque Provincial.

La mayor parte del año, el joven deportista es profe de educación física, pero cuando empieza la temporada de montaña, traslada su vida a más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Son tres o cuatro meses de intensa actividad, trabaja para una empresa, Lanko Altas Montañas de porteador. Concretamente se encarga de realizar el transporte de las cargas que usan los andinistas que contratan los servicios de la empresa.

Cuenta que diariamente debe llevar entre 20 y 50 kilos sobre su espalda. “Es un trabajo duro, necesitás estar bien entrenado y de paso me sirve para mis “pegues”, asegura Matías desde Confluencia y agrega que en la montaña es porteador, actividad que inició en la temporada 2011-2012, “no soy guía, pero abajo en Mendoza soy preparador físico, soy licenciado en Educación Física y trabajo con muchos alumnos de preparación física para rendir en la montaña.

Un especialista

Sergo es un especialista en batir marcas, hace 6 años ascendió por la ruta 360°, desde Penitentes, Quebrada de Vacas hacia la cumbre y descendió por la ruta normal de Horcones. Lo hizo en 27 horas y 2 minutos, 58 minutos menos que el ecuatoriano Nicolás Miranda en 2017.

Señala que hace hace varios años “me picó el bichito de hacer récords, después de las segunda temporada de montaña que hice: 2012-2013. Allí me di cuenta que tenía un buen rendimiento, que caminaba rápido y eso me motivaba mucho a buscar este tipo de desafíos.

Para este año se propuso la idea de hacer Plaza de Mulas-Cumbre (3 horas y 20 minutos) y también bajar el registro Mulas-Cumbre-Mulas, que lo hizo en 4 horas 36 minutos y la marca anterior era de 4 horas 52 minutos.

Sobre su motivación o “pegue” como él lo llama, describe: “Lo tenía pensado desde abajo (en Mendoza), porque suelo entrenar todo el año y así poder cumplir con la temporada de Aconcagua completa, es mi trabajo y es la prioridad. Pero una vez que termino, me concentro en mis “pegues”.

Así, continúa, “el 16 de febrero fui a la cumbre a probarme para saber cuánto demoraba entre Plaza Cólera y la cumbre, que era el último tramo que me faltaba cronometrar. Es que saber cuánto te demorás allí es fundamental. Hice una hora y 37 minutos, mi idea era hacerlo una hora y 20 ó 30 minutos. Comprobé que estaba muy cerca de lo que esperaba y decidí intentar batir el récord. Es que además, ese día fui porteando, es decir con mucho peso adicional . Muy pesado, con mucha carga y fue un tiempazo, estaba todo dicho”. Matías agrega: “bajé a Mulas y comprobé que el 19 de febrero iba a estar muy bueno el tiempo, perfecto. Y a partir de ahí mi foco se centró en estar en las mejores condiciones para poder hacerlo”.

Comenta que “era fundamental saber en en qué momento debía salir, en qué momento hacer una zancada más larga, en qué momento tenía que ir más rápido”. También dice que existía la posibilidad de hacer esta carrera junto a su colega Grego Frondizi. “Grego es otro porter que este año también metió un tiempazo, haciendo Mulas-cumbre en 4 horas y 15 minutos. Cuando me enteré, le dije: “Hagamos juntos el recorrido, porque quería compartirlo con él”. Todo parecía encaminado a lograr la marca en compañía, pero se bajó finalmente. “Cuando Grego me dijo que no, empecé a decidir solo la salida. Traté de programar el inicio con algo de sombra, por lo tanto salí a las 9 de la mañana”. Explica que a esa hora, la parte más alta del cerro proporciona sombra hasta los 5.000 msnm. “Recién ahí me empezó a pegar el sol, después de los primeros 40 minutos de recorrido. De ahí para arriba, a la última persona que me crucé fue con un compañero, Mono, en la “Espina de Pescado”, a 5.100 metros.

TREPADA HACIA LA CUMBRE

Luego me tocó caminar solo por casi una hora y recién me encontré con gente más arriba, yendo para La Cueva, a 6.800 metros. Allí me encontré con amigos que me saludaron y me alentaron, se me puso la piel de gallina”. Pero a los pocos pasos sufrió el primer percance de la travesía: “me dio un calambre muy fuerte en el abductor de la pierna izquierda y me tuve que tirar al piso y masajearme. Ahí se acercó un guía amigo Frodo, y me hizo masajes, me pude relajar un poco más y a los 7 minutos volví a caminar muy lento, para no tener un nuevo calambre, justo cuando estaba en el tramo final. Eran 100 metros de desnivel hasta la cumbre, pero había que caminar entre 20 y 40 minutos. Pensé que iba a estar muy cerca de no lograr la nueva marca. Y continué, me saqué los pensamientos negativos, me daba aliento a los gritos”. Finalmente llegó a la cima. “20 metros antes me acordé que tenía que estar mi amigo, Serafín Serpa que iba a sacar la foto de mi llegada, pero después me di cuenta que lo había pasado y llegué primero”. Resalta que estuvo elongando 20 minutos y luego emprendió el descenso, a un ritmo mucho más lento. Y que su viaje a la cima quedó documentado por los guardaparques, que tomaron el tiempo, filmaron y supervisaron la trepada y bajada.

Destaca el apoyo recibido de Norma su esposa y compañera de trabajo. Y remata: “Ella es la primera que me alienta y sigue mis locuras. Por el momento no tenemos pensado tener hijos y ahora una familia muy grande nos espera, mis hermanas, mis hermanos, somos muchos. Y aquí en la montaña quiero destacar el aliento de toda la gente, sentí una energía positiva muy grande, estaban contagiados de mi locura, me pareció fantástico y fue una caricia al alma. Ha sido uno de los momentos más felices de mi vida”.

 

Nota: Francisco Guerrero – Los Andes